martes, 29 de enero de 2008

LA HORA



Yendo a Zaragoza un viajante observa que su reloj se ha parado.

Al distinguir a un pastor con su rebaño al lado de la carretera y junto a su burro, decide preguntarle la hora.

El pastor coge con su mano el rabo del burro, lo levanta, y le indica que son las 11,35.

El viajante pone su reloj en hora y continua hacia Zaragoza, donde tras realizar una gestión regresa por la misma carretera.


Al observar a lo lejos que el pastor sigue en el mismo lugar, decide comprobar si realiza la misma operación para conocer la hora.
Y si, efectivamente, vuelve a coger el rabo del burro y levantarlo para averiguar la hora, y que esta coincida con su reloj.

Asombrado le dice:
- Perdone Vd. pero yo había oído que vds. mirando el cielo, las estrellas, etc., llegaban a averiguar un montón de cosas, pero no sabía que se puede saber la hora levantando el rabo de un burro...
¿Es que, quizás su sombra hace de reloj de sol?

- No diga tonterías, hombre. Lo que hago es apartarlo para poder ver el campanario del pueblo.

P. Santos.

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